Una de las tradiciones más bonitas y representativas de la cultura mexicana es El Día de Muertos, celebrado el 1º y 2 de noviembre, un festejo que permite rendir homenaje y recordar a todos esos seres amados que ya no están.

Esta tradición radica desde la época prehispánica y es algo que nunca pasara de moda considerando también, que es un distintivo cultural único para México, donde llegadas las fechas el uso de la flor típica cempasúchil con color y aroma inigualables se hacen presentes junto a los altares tan coloridamente adornados que, a través de la fruta típica, dulces, papel picado y algunos objetos que le gustaban a quien se le rinde el homenaje, despiertan todos sentidos. 

Un momento tan singular que permite dar una esencia diferente a ese espacio, que aquellos seres amados en algún momento habitaron, y porque no, permitirnos el gusto de dar un toque permanente para recordarlos.

Un espacio dirigido a todas aquellas personas que tenían un gusto muy particular ya sea contemporáneo, vintage, moderno o minimalista. Con toques únicos no solo en la pintura de aquellas paredes que guardan seguro tantos recuerdos, sino con su pieza de mobiliario favorito que dan esos contrastes, matices y tonalidades vibrantes llenando de alegría a su hogar, no solo durante esta festividad, sino por el resto del año.