Nuevo León 207, en la colonia Hipódromo de la CDMX, transforma su estructura de trabes y columnas en una fachada reticular cubierta de vegetación. Este diseño no solo integra el edificio visualmente con los árboles del entorno, sino que también genera oxígeno para la ciudad. Además, el retranqueo de la planta baja amplía la banqueta, privilegiando al peatón y mejorando el espacio público.

Fachada viva: estructura reticular con vegetación
Nuevo León 207 es un edificio en la colonia Hipódromo de la CDMX cuya estructura —trabes y columnas— forma una fachada reticular cubierta de vegetación de bajo mantenimiento, integrando el volumen al contexto y mejorando la calidad del aire.
Cuenta con ocho niveles que albergan departamentos únicos por planta, con amplias áreas sociales y terrazas que permiten ventilación cruzada. La planta baja se retranquea para ampliar la banqueta, priorizando al peatón, y alberga un lobby, oficinas y un espacio a doble altura con jardín interior.
Materialidad que perdura
El edificio emplea una paleta de materiales naturales y sostenibles, liderada por el concreto aparente pigmentado —durable, de bajo mantenimiento y con capacidad de envejecer armoniosamente—. Este dialoga con elementos de madera reciclada de durmientes en puertas y celosías interiores. Los pisos combinan granito en áreas públicas y madera de ingeniería en privados, mientras los muros replican el acabado exterior y se complementan con aplanados en tonos terrosos, integrando coherentemente la arquitectura con su entorno.
Azotea sustentable: lluvia, privacidad y paisaje urbano
El roof garden de Nuevo León 207 funciona como un espacio social y sostenible, con captación de agua pluvial y vistas panorámicas. La fachada de concreto en retícula conecta visualmente los interiores con la ciudad mientras garantiza privacidad. El proyecto integra estrategias sustentables que mejoran la calidad de vida y enriquecen el espacio urbano.
Fuente: ArchDaily México