ARQUITECTURA QUE INVITA AL ENCUENTRO Y AL SILENCIO

Ubicada en Valle de Bravo, México, la Casa Ocote diseñada por el despacho PPAA (Pablo Pérez Palacios Arquitectos Asociados) surge como un retiro pensado para dos amigos y sus familias. El proyecto parte de la premisa de equilibrar dos necesidades aparentemente opuestas: la convivencia y la intimidad.

La bienvenida del agua y el reflejo del entorno

Al ingresar a la casa, un cuerpo de agua actúa como introducción simbólica: no sólo recibe al visitante, sino que funciona como espejo de la fachada, amplificando la percepción de la arquitectura y su entorno natural. Este gesto proyecta desde el inicio una atmósfera de serenidad.

Espacios comunes abiertos al paisaje

En planta baja, los ambientes sociales —sala, cocina y comedor— se abren generosamente hacia una terraza semi techada. Esta apertura al exterior permite aprovechar el cálido clima de Valle de Bravo y disfrutar de vistas panorámicas. La transición entre interior y exterior es fluida, promoviendo una forma de vida que mezcla lo doméstico con el paisaje.

Privacidad estructurada con simetría

En planta alta, las zonas más privadas están pensadas para cada familia por separado. El diseño se articula a partir de una escalera central que funciona como eje estructural y simbólico. A cada lado se disponen habitaciones y terrazas privadas con vistas al jardín y al entorno boscoso. De esta manera, la simetría organiza tanto la circulación como la jerarquía espacial.

Más que una casa: un diálogo con la naturaleza

Lejos de ser únicamente una residencia de descanso, la Casa Ocote es concebida como un refugio que permite reconectar con el entorno natural y fortalecer vínculos personales mediante la arquitectura. Su lenguaje es sereno, preciso y cuidadosamente equilibrado, invitando a una vida en armonía con el paisaje.

Fuente: www.archdaily.mx

Compartir:

Communicados

communita