El nuevo Museo de Geología en Progreso, Yucatán, ha sido concebido como un proyecto integral que combina tanto su función cultural como su carácter de espacio público. Su diseño ha sido desarrollado como una entidad unificada en la que las diversas secciones del programa se interconectan de manera armoniosa, estableciendo una relación coherente con el entorno mediante distintas condiciones espaciales, transiciones y ambientes en el espacio abierto.
Este museo se ubica frente a la costa y en las cercanías del muelle de aduanas de Progreso, el museo se compone de varios volúmenes de distintas alturas organizados en una retícula ortogonal. Estos elementos funcionan tanto de manera individual como colectiva, dando lugar a espacios habitables en el interior de los volúmenes, áreas de paso, descanso con sombra y zonas ajardinadas. Además, se ha diseñado una cubierta ajardinada que se extiende diagonalmente desde una esquina a la otra del museo y que puede ser recorrida por el público.
En el nivel de la calle, la plaza que previamente ocupaba el lugar experimenta una completa transformación y reorganización. Ahora, se configura alrededor de un corredor central que atraviesa el proyecto de norte a sur, ofreciendo acceso tanto a los espacios interiores como al malecón, permitiendo así contemplar el mar. Este corredor abarca todo el espacio de la plaza, delimitando los prismas de diversas alturas que ocupan el área, y a la vez, facilitando el flujo de personas y permitiendo que el viento circule libremente a través de una retícula de pasillos públicos.
La disposición y diseño de los volúmenes en el espacio público dan lugar a recorridos que van acompañados de luz, sombra y vegetación, otorgando a la plaza un nuevo y enriquecedor carácter que sorprende y ofrece experiencias espaciales únicas. Estos elementos evocan ideas de la arquitectura maya, al mismo tiempo que hacen referencia a los vestigios urbanos de la época colonial y la tradición del solar maya.
Además de su carácter público, el proyecto del museo se organiza en dos categorías de espacios para su programa. Por un lado, se encuentran los espacios de exhibición al aire libre y en el interior. Los jardines y patios públicos forman parte de la experiencia museográfica, mientras que las exhibiciones interiores se ubican en un conjunto de ocho prismas situados en la esquina suroeste de la plaza. Estos volúmenes son altamente versátiles, ya que pueden subdividirse según las necesidades de las exhibiciones permanentes, temporales o eventos.
El museo, con su arquitectura de estilo contemporáneo, logra combinar distintas interpretaciones del lugar y sus elementos previos, dando lugar a una transformación de la antigua plaza en un nuevo espacio público. Este lugar ha sido diseñado de manera estructurada, con zonas sombreadas y adecuado para ser disfrutado y utilizado por la comunidad de Progreso.
Fuente: archdaily.mx