AMIRÁ se encuentra en lo alto de una colina, sobre la ciudad de Querétaro, lo que le proporciona al edificio vistas excepcionales de su entorno. La interacción y reciprocidad entre la arquitectura y la ciudad desempeñaron un papel fundamental en el proceso de diseño.
La ubicación estratégica considera la proximidad a instituciones educativas y de salud, hoteles, complejos residenciales tanto horizontales como verticales, y terrenos destinados a futuros desarrollos con un gran potencial para la zona.
El proyecto comprende 126 residencias organizadas en bloques superpuestos y desplazados de geometría regular, asegurando que cada unidad habitacional reciba luz natural y ventilación. La disposición y la estructura del proyecto permiten que todas las unidades y la mayoría de las comodidades disfruten de vistas despejadas hacia la ciudad. Cada tipología se aborda con una conexión intensa hacia el entorno mediante terrazas y extensos paneles de vidrio.
La geometría regular de los bloques de viviendas se ve atravesada por cuerpos de geometría más angular, porosos y permeables, que albergan las áreas comunes, indicando de esta manera los diversos usos y dinámicas del programa. Estos espacios de convivencia comunitaria se extienden hacia el vacío en voladizo, semiabiertos, con el objetivo de proporcionar a los residentes espacios de alta calidad. La arquitectura plantea preguntas y reflexiona sobre cómo los proyectos residenciales abordan las tipologías de convivencia en el país.
La fachada posterior se ha diseñado principalmente para gestionar las circulaciones verticales y horizontales, y se enfrenta a la plaza de acceso, mientras que la fachada principal presenta una transparencia que se abre hacia la ciudad para aprovechar las vistas privilegiadas, con terrazas extendidas que generan sombra y mitigan el aumento de temperatura en el interior, especialmente considerando su orientación hacia el poniente.
La materialidad de la fachada se compone principalmente de dos tonalidades de concreto aparente, que al atardecer adoptan los tonos ocres y terrosos del entorno circundante del edificio.
Fuente: archetonic.mx