Casa Tao: entre luz y sombra

Casa Tao, en la costa pacífica mexicana, donde el sol y la humedad marcan el pulso del día a día, el concepto de sombra adquiere un valor.

En la costa pacífica mexicana, donde el sol y la humedad marcan el pulso del día a día, el concepto de sombra adquiere un valor esencial. Casa Tao surge como respuesta a ese entorno: un refugio que combina protección y serenidad.

Materialidad y carácter emocional

Desde sus cimientos hasta sus volúmenes superiores, la vivienda busca el equilibrio entre resguardo y sensibilidad. Construida en hormigón, la arquitectura pretende ofrecer amparo y frescura; la sombra no es sólo un efecto físico, sino un carácter emocional: una invitación al recogimiento frente al bullicio exterior.

Orientación introspectiva

En un lote sin vistas destacadas —más allá de una plaza arbolada cercana— el proyecto se orienta hacia su interior. Evita grandes vidrieras que puedan intensificar el calor, y en su lugar recurre a una estética de vacíos ordenados y composiciones puras.

Organización funcional

La distribución responde a una lectura clara: la planta baja aloja las habitaciones, el garaje y las áreas de servicio. Sobre esa base descansa una caja ligera de doble altura que alberga los espacios comunes. Patios elevados funcionan como terrazas hacia el cielo, mientras que las habitaciones se organizan alrededor de un patio central, buscando silencio y ventilación natural.

Umbral y recogimiento

Un muro curvo define un umbral acogedor al ingreso, acompañado por un árbol que da la bienvenida con sutileza, como si fuera parte de un arreglo floral. La casa no se abre al vecindario; más bien, se repliega discretamente y ofrece sus estancias como atmósferas meditativas. Es una arquitectura que persigue la sombra, tanto como resguardo físico como metáfora poética.

Fuente: arquitecturaviva.com

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