El legado de Teodoro González de León

Teodoro González de León es uno de los destacados exponentes de la arquitectura mexicana y se le reconoce por su afinidad con el movimiento moderno. En sus brillantes creaciones, se aprecia su inclinación hacia la monumentalidad y el empleo del concreto cincelado, razón por la cual varios expertos lo consideran un representante del brutalismo en México. La silueta urbana de la ciudad capital del país experimentaría un cambio significativo sin su contribución, por lo que a continuación, presentamos una revisión de algunos de los diseños icónicos y las obras más destacadas de Teodoro González de León.

Museo Universitario de Arte Contemporáneo

Situado en los terrenos de la UNAM, el MUAC alberga obras fundamentales del arte contemporáneo en México. Su diseño, liderado por Teodoro González de León y un equipo interdisciplinario, comenzó en 2006 y se finalizó a finales de 2008. En la fachada sur del museo, se encuentra una superficie inclinada que permite una vista de la plaza desde el interior mientras proporciona sombra. El diseño del edificio muestra otra faceta del creador, donde el concreto ya no ocupa el papel principal y en su lugar incorpora nuevas soluciones estructurales con la utilización de vidrio.

El Colegio de México

Erigido en 1976, este lugar de aprendizaje representa uno de los centros de educación superior más significativos en México. La concepción arquitectónica del edificio se llevó a cabo en colaboración con el estudio de Abraham Zabludovsky, con un enfoque principal en la eficiencia y la estilización. El producto final es una impresionante estructura que explora la luz natural tanto en espacios interiores como exteriores.

Museo Rufino Tamayo

Este espacio dedicado a la cultura fue el fruto de otra colaboración entre Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, quienes asumieron la comisión de este proyecto en 1972. Sin embargo, la construcción de la estructura no se inició hasta 1979 y no se abrió oficialmente hasta 1981. Lo que destaca del museo es que su forma emerge del suelo, reinterpretando de manera moderna la arquitectura prehispánica tradicional. En 2011, González de León llevó a cabo una renovación de la obra, infundiendo nueva vitalidad al espacio destinado a la exhibición museográfica.

Auditorio Nacional de México

Aunque la apariencia actual de este edificio no fue originalmente concebida por el arquitecto, tanto él como Zabludovsky son reconocidos por su contribución a su diseño actual. La estructura base se creó en 1952 gracias al trabajo de Pedro Ramírez Vázquez y Gonzalo Ramírez del Sordo con el propósito inicial de ser utilizada para actividades deportivas. Incluso, durante los Juegos Olímpicos de 1968, funcionó como sede de las competencias de gimnasia. Durante la década de los años 70, experimentó una transición de un uso deportivo a uno cultural, pero no sufrió modificaciones significativas hasta 1988, cuando finalmente adquirió su aspecto actual.

Torre Arcos Bosques Corporativo

Debido a su distintiva forma, se le conoce de manera coloquial como «El Pantalón». Este proyecto, desarrollado entre 1993 y 1996, fue el resultado de la colaboración entre Teodoro González de León, José Francisco Serrano y Carlos Tejeda, en respuesta a un plan de urbanización en el noroeste de la Ciudad de México. Este edificio es considerado uno de los primeros ejemplos de edificios inteligentes en México, ya que cuenta con un Sistema de Gestión de Edificios (BMS, por sus siglas en inglés). Con una altura de 161.5 metros y 33 pisos, se erigió como uno de los rascacielos más altos de la metrópolis.

Reforma 222

Compuesta por un conjunto de tres torres, este proyecto se llevó a cabo entre los años 2004 y 2008, con un propósito que abarca tanto fines comerciales como residenciales. Durante su construcción, se implementó una base de aproximadamente 100 metros de profundidad, lo que la convierte en una de las cimentaciones más profundas jamás realizadas en la Ciudad de México. Su diseño busca lograr un equilibrio entre la tradición y la innovación al conservar una casa histórica en una de sus fachadas, mientras que en el resto de su estructura se emplea cristal templado. Este material contribuye a controlar la exposición a los rayos UV, mejorar la eficiencia energética y regular los niveles de acústica.

Torre Virreyes

La concepción arquitectónica de la Torre Virreyes se originó como respuesta a la limitación de espacio en el cual se erigió el edificio en 2014. La forma de la estructura se expande de manera gradual, ensanchándose a medida que alcanza una altura de 130 metros. La armazón de acero se recubrió con vidrio templado, y gracias a diversas soluciones innovadoras, esta torre obtuvo la certificación LEED Platino, que certifica su compromiso con la sostenibilidad.

Torre Manacar

Manacar representa uno de los proyectos finales diseñados por el arquitecto antes de su fallecimiento en septiembre de 2016. Este rascacielos de 22 pisos se erigió con fines comerciales en el espacio previamente ocupado por el antiguo Cine Manacar (1965-2013). El centro comercial abrió sus puertas en julio de 2017, habiendo obtenido la codiciada certificación LEED Platino que resalta su compromiso con la sostenibilidad.

Fuentes: admagazine.com / www.arquired.com.mx / www.archdaily.mx

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