El Farol en el arrozal, que constituye la estructura más emblemática del proyecto «Diez Mil Mu de Campos Cuadrados» en la calle Xiwu, distrito de Fenghua en Ningbo, ha surgido como un nuevo punto de observación panorámica y un centro social vital para la comunidad local. Esta torre, con una altura de 23 metros, se ubica en el corazón de la zona nacional de demostración de agricultura moderna, rodeada de campos de cultivo de alto rendimiento. Se eleva de manera espiral desde los arrozales, adoptando la forma de una escultura que emplea elementos triangulares y membranas blancas para definir su elegante lenguaje de diseño, otorgándole una presencia imponente en el entorno rural.
En el paisaje se aprecian vastas extensiones de terreno cultivado, ricos cultivos y diversos ecosistemas. A lo largo del tiempo, las tierras de labranza han simbolizado y representado la estrecha relación entre los seres humanos y la naturaleza. Los agricultores colaboran con la naturaleza, participando en la siembra, cultivo y cosecha. La naturaleza no solo alimenta nuestros cuerpos, sino también nutre nuestros espíritus. No obstante, con el avance de la urbanización, un número considerable de personas ha migrado de las zonas rurales a las ciudades, generando un distanciamiento creciente entre las personas y el entorno natural. Este proyecto busca fomentar la conexión entre los visitantes y el mundo natural a través de su distintiva forma arquitectónica.
Siguiendo los caminos que cruzan los campos, la torre atrae a observadores desde lejos y cerca, cambiando su aspecto según el ángulo y la distancia. Cuando las personas llegan a la base de la torre, quedan cautivadas por la vastedad interminable de los arrozales. En este momento, la torre de observación se convierte en un telón de fondo natural. Los visitantes pueden optar por sentarse en bancos de piedra junto a los campos o subir las escaleras para contemplar la extensa tierra fértil, siendo testigos de la suave brisa que acaricia los campos. Los arrozales se balancean con gracia, como en una danza, moviéndose y ondulando al compás del viento. El aroma de los campos acaricia las mejillas de las personas, aportando serenidad a sus corazones y haciendo que pierdan la noción del tiempo. Al caer la noche, la luz interior se filtra a través de las membranas, dispersándose suavemente sobre el paisaje. En la oscuridad, la torre de observación se transforma en un misterioso y apacible país de las maravillas sobre la tierra.
La inspiración para el diseño proviene de la representación abstracta de las maduras espigas de arroz. La forma triangular unificada sirve como tema principal para toda la estructura, la cual se modifica, gira y reconstruye verticalmente. La superficie del edificio se compone de membranas blancas de alta resistencia, dispuestas de manera superpuesta en cada nivel, ofreciendo una experiencia visual de escenas cambiantes mientras las personas exploran la torre. El proyecto es accesible para todos, incluyendo visitantes en silla de ruedas, quienes pueden llegar directamente a la planta superior mediante un ascensor en el centro de la planta baja. Desde la plataforma de observación en la última planta, se puede disfrutar de una vista panorámica de 360 grados que abarca pueblos y ciudades distantes.
Fuente: www.archdaily.mx