La arquitecta mexicana Tatiana Bilbao diseñó una imponente residencia familiar que parece flotar sobre una ladera boscosa, ofreciendo vistas panorámicas de la ciudad de Monterrey, México. Construida en concreto expuesto, esta casa de estilo brutalista establece un diálogo sutil con la topografía del terreno. Nombrada Casa Ventura, fue concebida para extenderse horizontalmente, generando una atmósfera abierta y continua, en armonía con el paisaje natural que la rodea.

Brutalismo integrado al paisaje
Bilbao descompuso los volúmenes arquitectónicos de la casa y los articuló con fluidez, de modo que cada módulo se conecta con los demás mediante pocos pasos. Estas formas pentagonales se adaptan con naturalidad a la topografía escarpada e irregular, creando la ilusión de que la vivienda flota entre los árboles de la empinada colina. Los volúmenes, además, incorporan estructuras en voladizo con acristalamientos de altura completa y amplias terrazas, desde las cuales se aprecian vistas panorámicas de la ciudad.

Hormigón crudo: resistencia y carácter
El hormigón en bruto fue el material elegido para la construcción de Casa Ventura, por su capacidad para responder tanto a las exigencias estructurales como a las condiciones climáticas del entorno. En una zona donde el clima es inestable y extremo, el concreto resulta ideal para resistir los bruscos cambios de temperatura. Desde el punto de vista estético, este material aporta una cualidad de crudeza y autenticidad, otorgándole a la vivienda una presencia monolítica y un exterior robusto, pero cargado de carácter.

Flujo vertical, jerarquía clara
Al estar compuesta por volúmenes independientes, la casa permite una clara división entre espacios públicos y privados. Una escalera de caracol actúa como eje vertical, conectando los distintos niveles. Las plantas inferiores están destinadas a las áreas comunes, mientras que los niveles superiores albergan las estancias privadas, favoreciendo la privacidad sin romper la continuidad espacial.

Fuente: www.yankodesign.com