Refugio y paisaje: la casa que conecta con la selva

iporanga House surge como el anhelo cumplido de Arthur Casas

La Iporanga House surge como el anhelo cumplido de Arthur Casas: una casa propia enclavada en lo profundo de la selva atlántica brasileña, un sitio donde reencontrarse con la naturaleza. Diseñada como vivienda residencial para el propio arquitecto, la obra transmite una dualidad entre presencia humana y paisaje salvaje, donde la madera y el vidrio dialogan con la vegetación circundante.

Geometría clara, espacios abiertos

La edificación se organiza en dos cubos grandes, colocados de forma simétrica, que abrazan un espacio abierto central. Esa geometría sencilla y clara propone una fachada con transparencia destacada: muros de vidrio continuos que permiten conectar visualmente el interior con la selva, y un techo de once metros de altura que multiplica la sensación de amplitud.

Materialidad que fluye: madera, Cumaru y espacios abiertos

Los materiales elegidos refuerzan la intención de mimetismo con el entorno. En cada superficie —pisos, paredes, techos— aparece la madera Cumaru, escogida no solo por su estética, sino por su resistencia y su aporte al carácter orgánico del diseño. Las divisiones interiores se reducen al mínimo: el salón se funde con la cocina y con el espacio de trabajo, sin barreras que interrumpan la continuidad visual. Esto amplía también las terrazas, que se extienden fuera, integrándose con la vegetación y ofreciendo espacios desde los que contemplar la selva.

Terraza elevada que invita a vivir la selva

Una terraza elevada funciona como mirador hacia fragmentos inalterados del bosque, un punto privilegiado desde donde apreciar la selva en su estado puro, escuchar sus sonidos y respirar su atmósfera. No se trata solo de observar naturaleza: se trata de vivirla, desde el centro mismo de la casa, sin muros que la separen.

Donde el diseño arquitectónico se encuentra con la serenidad del entorno.

Iporanga House, más que una casa de retiro, simboliza una forma de habitar pausada, consciente. Casas consigue hacer tangible una idea que atiende tanto al confort como al asombro, al refugio como al puente hacia lo salvaje. En su equilibrio entre lo construído y lo natural, encuentra una poesía arquitectónica discreta pero potente, una manera de reconectar sin renunciar al diseño.

Fuente: www.designboom.com

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