UN REFUGIO ABIERTO AL VIENTO Y LA NATURALEZA

Diseño en l que agrupa los servicios y la zona privada en un ala lateral,

El proyecto se localiza en la zona conurbada al noreste de la ciudad de Mérida, Yucatán, México, sobre un terreno de 1,287.80 m².

Absoluta prioridad al espacio social

La familia solicitó claramente que el área social fuera el corazón del proyecto, que se rodeara de vegetación densa y que reflejara un carácter arquitectónico yucateco. Estas premisas se integran desde el inicio del diseño, aprovechando la longitud del terreno y generando remates visuales hacia el patio y los jardines en todo momento.

Diseño en “L” para integrar activamente interior y exterior

Se optó por un esquema en forma de “L” que agrupa los servicios y la zona privada en un ala lateral, mientras que el área social se despliega perpendicularmente, conectándose directamente con la terraza/patio. El resultado es un espacio versátil que se extiende y se adapta para eventos familiares, integrando interior y exterior.

Volúmenes elevados y estrategias climáticas locales

La zona privada se compone de dos volúmenes de gran altura que bloquean la luz del poniente y se abren hacia el noroeste y sureste, captando los vientos dominantes. Esta estrategia arquitectónica responde tanto a las necesidades del cliente como a las condiciones climáticas del sitio.

El patio como núcleo vital del proyecto

En un clima extremadamente caluroso como el de la región, la cultura del patio-terraza tiene un arraigo profundo. En esta casa, el patio central funciona como el “ombligo” del proyecto: conecta todos los espacios y permite que cada uno tenga visual directa hacia él. A su alrededor, los jardines actúan como filtros de privacidad y los ventanales enmarcan el vínculo constante con el exterior.

Materialidad regional al servicio del confort térmico

La construcción emplea un sistema tradicional de la región: cimentación de mampostería de piedra, muros de block y losas de vigueta y bovedilla de concreto. Como recubrimiento se usaron piedra-chapa y chukum, materiales propios de Yucatán que, por sus propiedades térmicas, ayudan a mantener los espacios frescos y a transmitir un lenguaje arquitectónico de pertenencia.

Fuente: arqa.com

Compartir:

Communicados

communita