
Casa Caracol: La casa-pirámide de Tulum
El proyecto Casa Caracol tuvo un inicio muy singular: una réplica de la pirámide del castillo de Tulum que se destinó a convertirse en una vivienda. Desde el principio, el objetivo del estudio de arquitectura Sijil, a cargo de la intervención, fue crear una sensación de nostalgia con un enfoque contemporáneo. Esto se logró aprovechando el potencial de un espacio cargado de identidad y simbolismo, lo que permitió que el diseño transmitiera el espíritu de nuestra cultura a través de la exploración de materiales. El resultado es una residencia con ambientes evocadores donde los materiales desempeñan un papel central, y cada elemento tiene un significado subyacente. “Deseamos justificar cada acto constructivo en un concepto fuerte de nuestra cultura, el diseño le pertenece a México y el hecho de ser mexicanos”, explicó Sijil, taller de arte, diseño y arquitectura dirigido por Rigoberto Orozco. Las fuertes impresiones comienzan desde el principio. En primer lugar, con los exteriores formados por escaleras y plataformas construidas en piedra. La entrada principal está ubicada hacia el noroeste y es aquí donde los visitantes son recibidos por una talla de jaguar en madera, iluminada de manera natural a través de una ventana circular hecha de concreto a la vista. El ancho de esta abertura permite que este elemento también cumpla la función de servir como una especie de banco, donde las personas pueden recostarse para leer o descansar. La disposición de la planta en el volumen principal se compone de un tablero que consta de 9 compartimentos dispuestos de manera similar a un juego de gato X y O. Esta disposición simétrica es perfecta y permite una distribución del espacio interior que logra una planta abierta, en la que los únicos muros divisorios son aquellos que conforman las habitaciones de descanso situadas en las esquinas superiores. Las imágenes latentes persisten a lo largo de las habitaciones. Tomemos la sala como ejemplo, donde la inspiración se encuentra en una serpiente emplumada que se enrosca en la piedra. Los escalones simbolizan su lengua, y el espacio culmina con una obra de arte de gran formato creada por Rigoberto Orozco,